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domingo, 12 de diciembre de 2010

Hay algo que puede aprenderse. Al encontrarse con un chaparrón repentino intentas no mojarte y te pones a correr; aunque corras por debajo de las cornisas de las casas sigues mojándote. Si lo tienes claro desde el principio, no habrá sorpresas... aunque te mojarás igual. La solucion... llevar paraguas. Este concepto se puede aplicar a todas las cosas. Aunque el paraguas en algunas situaciones no te va a servir.

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